Era como un salmón en contracorriente.
Sadí odiaba tener que hacerse a un lado cuando caminaba por la acera y algún pasante transitaba en el sentido contrario.
Le calaba hasta la espinilla. Estaba harta de que siempre que se topara con alguien fuera ella la que se tenía que orillar; y es que algunas veces ambas partes abrían camino, pero eso no siempre sucedía, muchas veces los muy canallas seguía su curso como si nada y ni siquiera la miraban, o la veían de reojo y con el ceño fruncido… como amenazándola, o simplemente pasaban de largo y le golpeaban con el hombro. Esos humanos, cuan harta le tenían.
Por eso la muñeca dejó de hacerse a un lado. Le venía dando lo mismo. Ella seguiría su placentero curso, se orillaran o no, ya no le interesaba si chocaba con algún necio, o si los demás transeúntes la miraban de manera acusatoria… en verdad, le venía dando lo mismo.
¡Claro que no!
Cojonudos ignorantes, que se hagan a un lado, que Sadí está pasando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
¿Por qué lo veo todo blanco? ¿Dónde está esa cabecera tan genialmente genial?!!!!
Debe ser problema de PC, no me creo que lo hayas quitado ¬¬
Aún así, el blanco y la sensillez del lugar sigue siendo genial ^^
Un beso
He de decir que me he sorprendido al encontrar las cosas tan cambiadas.
No deja de ser hermoso, al contrario resulta gratificante ver el lugar!
Un hermosos escrito sin duda, y pfff que la gente pase asi me molesta! Yo siempre intento ser amable, y a los demas les vale mucho!
Bueno, un placer leer!
Con mi mas sincero afecto
Mel
XX
Me ha encantado el blog completo (L) Soy seguidor y te seguire de cerca. Besos
http://unmarinfinito.blogspot.com/
Publicar un comentario