Ella lo quemó.
En serio, se los juro. Yo misma vi los restos del pobre hombre.
Lo calcinó hasta los huesos, mientras Do se achiquitaba en la esquina del callejón.
―No mires ―le dijo Cigarette.
Obedeció.
Muy prudente la pequeña, eso que ni qué.
Fue aterrador.
...
Pobre moribundo, y todo porque intento tomar aquel pan agrio que, momentos antes, Do había robado.
Estando Cigarette cerca, ladrón NO roba ladrón. Mucho menos cuando se trata de Do.
6 comentarios:
guau, quemadito hasta los huesos
Tu entrada está que arde!
Aún estoy recogiendo las cenizas.
Besos.
Muy buena esa!
Ladrón que roba ladrón, no con Cigarrete cerca!
Mel
XX
Sin duda, tienes que hacer una descripción del personaje.
Escuché que los grandes escritores escriben mucho con pocas palabras, eres buena.
es cruel y despiadado.
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